Interrumpo la programación habitual para hablar del día que viví ayer. Después de todo, fue un espectáculo y no quería dejarlo sepultado en la esfera del otro blog que tengo en modo privado.Para empezar, me levanté muy temprano y fui a correr las Fiestas Mayas. Mucha alegría, hice mi mejor tiempo (que igual es malísimo pero no importa, sólo compito conmigo misma), di todo de mí, como diría un artista.
Breve descanso a la tarde y a las 6 ya estábamos en la Plaza con marido y mis viejos, de los cuales nos separamos enseguida, había que bancarse apretar un poco para pasar las vallas y no están para esos trotes.
Discurso de la presidente, proyección sobre el Cabildo, horas, sí, horas posteriores de caminata y espera, que valieron la pena.
No sé si en mi vida había vivido una fiesta así. Millones de personas gritando y bailando. ¿Alguna vez fueron a ver a De La Guarda o Fuerza Bruta? Bueno, esa misma euforia pero con argumento, con narrativa. Con historia.
Al final de todo el desfile, ni idea de si esto se veía por la tele o no, iba un carromato con 3 dj's. Y atrás de ellos tres cuadras de gente bailando enloquecida. Primero eran unos remixes de rock nacional, que se bailaron con timidez. Estalló, pero estalló, eh, posta con Sandro y su Dame Fuego. Marido subido a una valla cual paraavalanchas de la popular, miles revoleando lo que tenían a mano.
Ahí le cazaron la onda y hubo una andanada de cumbias que pensé en varias amigas bloggers, ellas saben quiénes son.
Tuvieron que cortarla a la una de la mañana porque ya estaba tocando Fito Paez pero estábamos todos para bailar una hora más.
No se pueden resumir las sensaciones de un día de tanta fiesta. Es muy fuerte haber visto tanta gente en la calle, en paz y sin miedo. Como dijo Manuel Belgrano: El miedo sólo sirve para perderlo todo.
Y con alegría porque, sigamos citando gente: Venimos a combatir por el país alegremente, nada grande se puede hacer con tristeza (Jauretche).
Después nos quedamos a ver a Fito Paez porque, bueno, con algo había que bajar, había que crear un poco de anticlímax.
Y después, los fuegos artificiales.
Me acosté a las 3 de la mañana, habiendo corrido 2 km de entrenamiento + 10 km de carrera + 200 km de caminata, o al menos eso pareció. Me duelen los huesos pero me duelen lindo.