Mi cultura cinematográfica, y lo digo con modestia, es amplia. Años de ir a cineclubes, la Lugones, el Bafici, cines en sótanos (todo antes del advenimiento del dvd). Cuando era una adolescente bastante snob, un programón del sábado era ir a ver una de Fassbinder a Hebraica. En fin.
Amplia y todo, tiene muchos baches. De repente ví cincuenta películas japonesas de los viejos tiempos pero de Bergman no paso de 3, 4.
Ayer llené un bache de esos.
Y me quedé recontra dormida.
O sea, Jean Seberg es preciosa, usa unos vestidos amorosos, Belmondo is so dreamy, pero... NO. Me siento una hereje, una apóstata, iré a arder en el infierno de los cinéfilos?
Entiendo (porque estuve leyendo, hay que instruirse) que Godard introdujo una serie de novedades como el jump cut y que revolucionó el estancado cine francés, pero, de verdad, no jodamos, sentarse a ver esta película... no sé, es mejor ver cómo se seca la pintura de las paredes.
Al menos puedo decir: una menos, faltan miles de baches.