MILK

Año: 2008

Director: Gus Van Sant

Título en español: Mi nombre es Harvey Milk

Qué pasa: la historia real de Harvey Milk, activista por los derechos de los gays. 

Con qué la maridamos: tengo que hacer memoria, creo que yo me comí la napo con fritas que quedaba y A. un pata/muslo con fritas. Mate? no recuerdo.

Porqué hay que verla: conmover, como hacer reír, es un asunto espinoso y delicado. 

Yo quise, le puse ganas, le puse onda, pero Milk me resultó fría como un vaso de leche del freezer y me dejó helada. 

Hay un documental, The times of Harvey Milk, al que esta película agradece al final, que me gustaría ver. Seguro me provoca un poco más de emoción.

No es que sea mala, para nada. Todos actúan más que bien, la reconstrucción de época está lograda, la factura técnica es impecable. Pero... y? no hubo ni una imagen que me sorprendiera.

Al final me entretuve jugando a un jueguito que me inventé yo misma: si tienen la suerte, como yo, de tener muchos amigos y conocidos homosexuales, diviertánse haciendo el casting de Milk entre ellos. Harvey es Albertito, el de rulos y anteojos es Julito con peluca.

Aparte, esta película también sufre el flagelo de La Musiquita, un recurso utilizado en cinematografías de todo el mundo para indicarle a la gente cuando debe emocionarse: van subiendo de a poco los violines, ahí va, ahora, emocionense, mierdas, ya!

Una pena, Gus tiene un lugar en mi corazón pero no por cosas como ésta.

Apta para: supongo que a mucha gente le hará falta ver películas así para poder salir de la prisión del pensamiento retrógado contra lo diferente. Yo ya hice el curso.

Calificación: me da penita, pero más de un 4 no le pongo.