
Las películas de terror me dan mucho miedo. Sufro, me late fuerte el corazón, me da brincos el estómago, tengo escalofríos. Bueno, nada tan grave, hay gente que se droga para lograr efectos similares. Lo mío es más sano.
Mi marido decidió que tenemos que ver una de terror por semana, a ver si me curo de espanto.
Ayer fue el turno de El exorcismo de Emily Rose.
Me asustó, pero no mucho. Más me entristeció. Me dió pena Emily, odio todos los que la rodeaban, me agarró un ataque de feminismo agudo.
Cada uno de esos sentimientos tiene una explicación pero estoy tan cansada y sería tan largo de desarrollar que lo dejo a su criterio.
(Laura Linney, impecable como siempre, y la chica que hace de Emily está tremenda)