
Hay algo tierno en esta época del cine inglés, pese a su apego a los temas ríspidos y perversos. Una mirada fresca, nada hastiada, hasta entusiasta, aunque se trate de un asesino serial obsesionado con la fotografía y el miedo.
Cuando era chiquita anotaba en una libreta todas las películas que iba viendo. Esto es lo mismo, pero con fotos.
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