Aunque hacia el final cabeceaba (domingo, me había levantado tempranísimo para ir a correr una carrera veloz, no daba más a la noche), valió la pena aguantar -casi- despierta para ver este western dirigido por John Sturges. Este buen señor ya había estado al mando de The Great Escape y acá repite parte del elenco y la mística.
Momentos magníficos:
-cualquiera donde hable Yul Brinner. Qué voz.
-un gesto que hace Steve McQueen* en la escena de la cantina.
-la primera aparición de Charles Bronson hachando leña
-el caminar lánguido de James Coburn
-la maldad de Eli Wallach
Igual tendría que volver a ver la segunda mitad para enterarme bien cómo termina. Qué suerte.
Al margen, esta película es una adaptación de Sichinin no samurai. Hoy veo una japonesa, lo acabo de decidir.
*le pertenezco
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