Si me dicen:
-es una película sobre la vida de Mishima, o más bien sus últimos momentos, mezclados con flashbacks a distintas épocas y dramatizaciones super estilizadas en colores pop de algunas de sus novelas, todo con una música muy dramática de Philip Glass
pese a mi amor por la obra de Yukio, salgo corriendo despavorida.
Por suerte nadie me avisó nada y pude disfrutar de una obra de arte muy bella que logra transitar la fina línea entre la estetización y la cursilería sin equivocarse jamás. Debe ser por su falta de pretensión.
(antes de ver ésta, abandonamos Nashville de Robert Altman antes de los quince minutos)
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