Una razón más para abjurar de la religión: las películas con transfondo navideño.
Además, Trapped in Paradise se basa en una teoría tan incierta como idiota que reza que la gente en los pequeños pueblos es más buena, justa y solidaria. Y no, la gente es una mierda en todos lados. En la ciudad porque la competencia es dura y cruel, por todo se lucha, hasta por el asiento en el tren. En el pueblo porque nunca pasa nada y eso potencia el chusmerío y la mezquindad.
En resumen, una mierda. La gente en general y esta película en particular.
Qué boquita, che! De todos modos, me fascinan tus observaciones cinéfilas. Te sigo.
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